MADRID, 25 Sep.
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a Julián Ovejero, conocido como el 'asesino del Grindr', por matar en febrero de 2018 de 65 puñaladas a un hombre con el que se había citado a través de una aplicación. La sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, establece una condena de veinte años de cárcel por un delito de asesinato alevoso y ensañamiento.
En el juicio, Ovejero argumentó que la víctima no pudo defenderse del ataque "repentino" que le sorprendió por la espalda. Esta confesión le permitió reducir su pena de 25 años a 20 años de prisión.
El crimen tuvo lugar el 24 de febrero de 2018 en un piso de Carabanchel. El asesino, que contaba con 23 años en ese momento, fue arrestado en 2021. El encuentro mortal tuvo lugar después de que Ovejero conociera a la víctima a través de una aplicación de citas para encuentros sexuales.
Con el objetivo de obtener una sentencia más favorable, Ovejero admitió la acusación del Ministerio Público y se retractó de sus afirmaciones anteriores en las que aseguraba haber cometido el crimen bajo los efectos de estupefacientes. Durante el juicio, declaró que no había consumido drogas y afirmó que solo la víctima las había tomado, basándose en su comportamiento y forma de hablar. Además, manifestó no recordar con claridad lo sucedido.
En su declaración ante el juez, Ovejero mantuvo que ambos se habían citado el 23 de febrero de 2018 a través de la aplicación y que la víctima vivía cerca de él. Alegó que compartían gustos sadomasoquistas en sus relaciones sexuales y que una pelea violenta se desencadenó tras una herida que le produjo en el cuello durante uno de sus juegos.
Ovejero afirmó que se encontraba bajo los efectos de sustancias y que el incidente se le fue de las manos. Según su relato, la agresión comenzó en la habitación y se extendió hasta la entrada del domicilio. Después del ataque, entró en pánico y abandonó el lugar sin darse cuenta de que la víctima había fallecido.
El asesino expresó su arrepentimiento ante el juez, atribuyendo la culpa de sus acciones al consumo de sustancias desde los 15 años. Además, afirmó su religión católica durante el proceso.
Según el fiscal, la víctima no tuvo oportunidad de defenderse debido a que su agresor lo atacó de manera sorpresiva, clavándole repetidamente un arma blanca de doble filo. El cuerpo de la víctima presentaba un total de 65 puñaladas, principalmente en el cuello y el abdomen.
El fiscal solicitó una condena de 25 años de prisión por el delito de asesinato y por hurto, así como el pago de una indemnización de 24.000 euros a la hermana de la víctima.
La hermana, en su escrito de acusación, señaló que la autopsia reveló la ausencia de heridas defensivas significativas en la víctima. Además, añadió que tenía un nivel alto de alcohol en sangre al momento de su muerte, lo que explicaría su vulnerabilidad.
El crimen fue descubierto el 25 de febrero de 2018, cuando un amigo de la víctima alertó a la Policía al encontrarlo muerto, desnudo y con múltiples puñaladas en su domicilio en Madrid. Debido a la preocupación del amigo, se contrató a un cerrajero para ingresar a la casa, ya que el fallecido no había dado señales de vida en dos días.
La víctima, Najuzaith Z. D., un hombre de 35 años originario de Puerto Rico, presentaba más de 40 puñaladas en el cuerpo, una de ellas mortal en el cuello. Tras el crimen, el agresor huyó a Argentina.
La Policía Nacional inició una investigación a través de las redes sociales de la víctima y descubrió que este había quedado con una persona que había tomado un vuelo a Perú al día siguiente, convirtiéndose así en el principal sospechoso.
Además, las cámaras cercanas a la escena del crimen capturaron imágenes del agresor y se encontraron numerosos restos biológicos en la casa del fallecido, lo que llevó a sospechar que habían mantenido relaciones sexuales. Estas muestras coincidían con las encontradas en el domicilio del sospechoso. Ante estos indicios, se notificó a las autoridades internacionales y a Interpol, y se informó a la Fiscalía.
Finalmente, Ovejero fue localizado en un bar de La Bombilla, un pequeño pueblo en San Miguel de Tucumán, su localidad natal en Argentina. El arresto se llevó a cabo gracias a las redes sociales del presunto homicida y de sus familiares, que permitieron ubicarlo. En su detención, Ovejero presentaba un aspecto similar al de su ficha policial, lo que lleva a los agentes a creer que se escondió en varios países y casas.
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