Carlos V, en un acto que refleja la relevancia histórica de las tradiciones taurinas en España, solicitó al Arzobispado de Toledo, en marzo de 1525, la restitución de los fondos recaudados por las celebraciones locales, que incluían los eventos de "correr toros". Este hecho, ahora documentado en la web del Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes, resalta el valor que estas festividades han tenido a lo largo de los siglos.
Este año, la localidad de San Sebastián de los Reyes conmemora sus fiestas en honor al Santísimo Cristo de los Remedios, comenzando oficialmente el lunes con sus afamados encierros que han ganado el apodo de "La Pamplona chica". Este evento, muy esperado entre los residentes, está celebrando su quincentenario.
La historia de este municipio, que fue fundado bajo la influencia de los Reyes Católicos hace 500 años, revela que la tradición taurina tiene raíces profundas en la comunidad. Desde el siglo XVI, estos eventos han evolucionado y se han convertido en un símbolo del patrimonio cultural de la región conocida coloquialmente como 'Sanse'.
La actual manga del encierro, establecida en 2003, se extiende a lo largo de 810 metros, con anchos que oscilan entre 6 y 9 metros, y está situada a 674 metros sobre el nivel del mar. Esta topografía no solo facilita el desarrollo del encierro, sino que también crea un ambiente propicio para los toros.
A pesar de los 383,4 kilómetros que separan San Sebastián de los Reyes de Pamplona, la pasión y el entusiasmo por los encierros son sentimientos compartidos, arrastrando a corredores y espectadores en una experiencia electrizante cuando los toros son soltados.
La historia de los encierros en esta localidad es notable, ya que solo han sido cancelados tres veces en cinco siglos: durante la Guerra Civil, por un conflicto judicial en 1969 y, más recientemente, debido a la pandemia del Covid-19.
En reconocimiento a la importancia de estos festejos, el pleno del Ayuntamiento declaró en 2010 a los encierros como Bien de Interés Cultural, destacando afianzando así su valor en la identidad local.
Las festividades no se limitan a los encierros; también se incluyen actividades infantiles, talleres, juegos y espectáculos que mantienen viva la tradición entre las nuevas generaciones. Los festivales folklóricos y pasacalles, animados por diversas agrupaciones, son eventos esperados por los asistentes durante toda la semana.
También se desarrollarán diversas actividades conviviales, incluida la degustación de tapas organizadas por las peñas, así como bailes y actuaciones de danza abiertas al público, enriqueciendo aún más la experiencia festiva.
La música será parte integral de las celebraciones, con sesiones de DJ programadas cada noche en el Anfiteatro Municipal Adolfo Conde, donde la entrada será gratuita hasta completar aforo, promoviendo la participación de todos.
El gran final de las festividades está programado para el 31 de agosto, a las 23.00 horas, con un acto cargado de emoción que llevará por título "¡Qué pena me da!", seguido de un espectáculo pirotécnico a cargo de la Pirotécnica Vulcano.
El aspecto religioso de las celebraciones también tiene un lugar destacado, comenzando el jueves 28 con una Santa Misa en la Parroquia de San Sebastián Mártir. Tradicionalmente, la colocación del cuadro del Santísimo Cristo de los Remedios y la entrega de flores son actos que resaltan la devoción de la comunidad, culminando con una Solemne Misa Mayor presidida por el Obispo José Antonio Álvarez y la participación de la Coral de San Sebastián de los Reyes.
Finalmente, la procesión con la imagen del Santísimo Cristo de los Remedios recorrerá varias calles del municipio, ofreciendo un espectáculo visual que finalizará con un impresionante castillo de fuegos artificiales, cerrando así una celebración que reúne historia y fervor religioso, y que ha perdurado a lo largo de los siglos.
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