
Una situación alarmante ha salido a la luz en el Aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid, donde Aena se ve obligada a abrir una investigación tras el incidente en el que una anciana de 92 años, procedente de México, fue supuestamente olvidada en un autobús que la transportaba desde la puerta del avión hasta la terminal. Este acontecimiento pone en tela de juicio la eficacia de las medidas de asistencia y la responsabilidad de las empresas que operan en el aeropuerto.
Samantha Flores, quien arribó a Madrid el 23 de enero, había solicitado asistencia debido a su movilidad reducida. Este servicio se la proporcionó al recogerla en la puerta del avión y conducirla al autobús que la llevaría, junto con otros pasajeros, hasta la terminal. Según la anciana, el personal se ocupó de ajustarle el cinturón de seguridad en el autobús mientras dialogaban con otros viajeros, lo que podría haber llevado a un descuido significativo.
El problema surgió cuando, al detenerse el autobús cerca de la terminal, los demás pasajeros descendieron sin que ella se percatara. En un descuido alarmante, el asistente que la acompañaba también abandonó el vehículo, dejándola sola y desorientada en el interior. Esta situación fue revelada por la propia Samantha en una entrevista emitida por TVE, en la que se muestra particularmente preocupada por lo ocurrido.
Aena ha comunicado a Europa Press que tomará las medidas necesarias contra la empresa encargada de la asistencia en el aeropuerto, insistiendo en la importancia de asegurar que este tipo de situaciones no se repitan. La entidad ha rebatido las afirmaciones de la anciana, alegando que ella no "deambuló por las pistas" ni estuvo perdida durante horas. Sin embargo, Samantha insiste en que tras haber logrado salir del autobús, intentó infructuosamente llamar la atención de las personas que estaban en el exterior antes de comenzar a caminar por una zona con múltiples carreteras.
La anciana relata haber visto a transeúntes y haber intentado atraer su atención tocando el cristal del autobús, pero sin éxito. Finalmente, se sintió obligada a bajar del vehículo por su cuenta. Después de salir, se encontró cerca de una zona destinada al estacionamiento de camiones y fue entonces cuando pidió ayuda a un camionero, cruzando la carretera para llegar a su posición.
El desenlace de su aventura fue aún más complicado. Cuando finalmente buscó apoyo de los encargados del aeropuerto, le informaron que no podían colaborar con ella porque no había constancia de su entrada en el país. Esto se debió a que Samantha no pasó el control de pasaportes tras quedar sola en la pista, lo que impedía su acceso a la terminal de llegadas.
Ante esta situación, fue llevada a las instalaciones de la Policía Nacional en el aeropuerto, donde firmó una declaración voluntaria de entrada en territorio español para regularizar su situación, puesto que su acceso al país fue considerado irregular. Este contratiempo ha complicado su auténtico propósito de viaje a Madrid.
Samantha Flores viajó a Madrid con el objetivo de establecer el 14 de febrero la sede española de la Fundación Laetus Vitae, una organización que preside en México y que está dedicada a la protección de los mayores LGBTTTIQA. Tras este incidente, la anciana se enfrenta a la incertidumbre de poder cumplir con su misión, ya que tiene programado un vuelo de regreso a México para el 22 de febrero.
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