En el contexto de la reciente DANA que ha afectado a diversas regiones de España, las autoridades han comenzado a evaluar las consecuencias sanitarias que ha dejado esta inclemencia meteorológica. La humedad generada por la situación ha conllevado a un incremento en los casos de enfermedades menores, como diarreas y catarros, que se están reportando con mayor frecuencia, lo que subraya la importancia de estar preparados ante estas emergencias.
En paralelo, el primer contingente del cuerpo de Policía Municipal y Samur ha llegado de regreso a Madrid tras dedicar ocho días al apoyo en Valencia, donde realizaron alrededor de 130 intervenciones. La mayoría de estas atenciones se centraron en lesiones como cortes y heridas, mientras que también se llevaron a cabo cerca de una docena de traslados a hospitales, principalmente por traumas que resultaron de la situación catastrófica.
Natividad Ramos, una de las responsables del operativo de emergencia, destacó la labor realizada en Valencia, donde, además de coordinarse con centros de salud locales, atendieron a ciudadanos en la calle que necesitaban asistencia. Este esfuerzo ha sido crucial en un entorno donde el acceso a las zonas más afectadas se ha complicado enormemente por los escombros y el barro acumulado.
Ramos enfatizó la necesidad de vehículos específicos que puedan navegar a través de las áreas afectadas, donde la acumulación de barro y restos de enseres hogareños está dificultando las labores de atención. Aunque el enfoque se ha estado centrando en la limpieza de las principales vías, la ciudad todavía enfrenta una larga tarea en la recuperación de su infraestructura.
La funcionaria también hizo hincapié en que la clave para proporcionar una respuesta efectiva a las necesidades de los afectados radica en asegurar el transporte adecuado y el personal sanitario, ya que el mayor desafío es garantizar el acceso a los servicios de emergencia en las zonas más complicadas.
En cuanto a los problemas de salud que han surgido, las patologías traumáticas, especialmente relacionadas con cortes y heridas, han sido las más frecuentes. Sin embargo, la aparición de cuadros relacionados con la humedad, como diarreas y catarros, comienza a evidenciarse, lo que plantea un reto adicional para los equipos de salud y rescate en el campo. La situación ejemplifica la complejidad de las emergencias y la necesidad de una respuesta coordinada y eficaz ante desastres naturales.
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