Miguel Ángel Flores condenado a casi cinco años de cárcel por delitos financieros
El principal condenado por el caso Madrid Arena, Miguel Ángel Flores, ha sido sentenciado a cuatro años y nueve meses de prisión por apropiarse indebidamente de más de 683.000 euros pertenecientes a sus socios del gimnasio Castellana Sports Club, ubicado en la estación de Chamartín, según una sentencia a la que tuvo acceso Europa Press.
En la resolución judicial, Flores es condenado por un delito continuado de apropiación indebida y otro de falseamiento de cuentas sociales, con la atenuante de dilaciones indebidas. Su defensa ya ha anunciado que recurrirá la decisión.
Además, se le absuelve de dos delitos de estafa y otros dos delitos societarios, pero se le ordena indemnizar, junto con otro condenado, con 877.882 euros a Rasherman Proimbasa S.L. y 300.000 euros a otros inversores.
Este empresario, junto a otro ex trabajador condenado a tres años y nueve meses de prisión, se enfrentó a acusaciones de irregularidades contables en relación a la gestión y remodelación del Castellana Sports Club en un juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Madrid el pasado mes de febrero.
Esta no es la primera condena para Miguel Ángel Flores, quien en 2016 fue sentenciado a cuatro años de cárcel por la tragedia en el Madrid Arena que cobró la vida de cinco jóvenes. En este nuevo proceso, la Fiscalía de Madrid no presentó cargos, pero se les acusaba de estafa continuada, apropiación indebida y administración desleal por parte de la acusación particular.
Beneficio ilícito y manipulación contable
Los inversores señalaron que Flores se apropió de fondos de la entidad Canacur S.A. para beneficio propio, aprovechando su posición en la gestión del centro deportivo. La causa se centra en las prácticas contables dudosas de una de las empresas de la que Flores era administrador único hasta su ingreso en prisión por el caso Madrid Arena.
En su defensa, Flores negó haber ordenado manipular la contabilidad o retener información a socios durante ampliaciones de capital y situaciones financieras críticas. Sin embargo, la sentencia señala que en 2012 se presentaron cuentas con cantidades inexistentes que afectaban significativamente al estado financiero de la sociedad.
Los jueces determinaron que Flores dispuso de 440.000 euros de la Caja de Canacur para fines personales a lo largo de 2012, sin conocimiento de los accionistas, y que esta práctica continuó en años posteriores hasta alcanzar el total de 683.085 euros.
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