Crónica Madrid.

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La Quinta de los Molinos será designada Bien de Interés Cultural este miércoles.

La Quinta de los Molinos será designada Bien de Interés Cultural este miércoles.

El próximo miércoles, en la reunión del Consejo de Gobierno, la Comunidad de Madrid dará un paso importante al declarar la Quinta de los Molinos como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Patrimonio Histórico. Esta decisión responde al gran valor urbanístico, paisajístico, histórico y botánico que posee este emblemático espacio, de acuerdo con declaraciones de fuentes gubernamentales a Europa Press.

Ubicada en el número 257 de la calle Alcalá, en el distrito de San Blas-Canillejas, la Quinta de los Molinos es conocida por su impresionante floración de almendros. Cada año, sus 1.900 almendros atraen a miles de visitantes que acuden a presenciar este maravilloso espectáculo natural.

Este parque es uno de los pocos que aún persisten en la capital y se suma a otros lugares significativos como Torre Arias y El Capricho, formando el conjunto de quintas que se localizan a lo largo de la histórica carretera de Aragón, hoy conocida como calle de Alcalá.

La protección otorgada por el BIC abarcará todo el conglomerado, incluyendo las distintas formaciones vegetales, así como los valiosos elementos patrimoniales que lo componen y sus diversas edificaciones. Entre ellas, sobresale el Palacete de Cort, considerada una de las obras más importantes del arquitecto César Cort, junto a la Casa del Reloj, las cocheras, la lavandería, la pista de tenis y el invernadero.

La historia de la Quinta de los Molinos se remonta a principios del siglo XX, cuando el arquitecto y ingeniero César Cort Botí, quien fue catedrático en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid y concejal del Ayuntamiento, adquirió la primera de las parcelas que forman el actual parque. Con el tiempo, se sumaron 12 fincas, alcanzando un total de 29 hectáreas.

Su nombre proviene de unos singulares molinos de viento que fueron traídos de Estados Unidos en los años 20 para extraer agua de los pozos. El parque se divide en dos áreas concretas: la zona norte, diseñada en un estilo paisajista romántico mediterráneo, y la zona sur, que se destina a la agricultura, donde los almendros ofrecen un espectáculo natural cada primavera.

Además de los almendros, el parque alberga una variada arborización que incluye olivos, pinos carrascos, cipreses, cedros, plátanos, tilos y eucaliptos, además de ornamentales como lilos y rosales. Cort, un ferviente admirador de Arturo Soria, implementó sus ideas urbanísticas en la Quinta, buscando una conexión armónica entre la ciudad y el campo. La construcción actual del Palacete es consecuencia de las reformas realizadas entre 1939 y 1954 sobre una estructura previa.

Los jardines geométricos que circundan el edificio reflejan el estilo de la Secesión Vienesa, y la porción agrícola de la finca destaca por su sistema de riego hidráulico. En 1943, se lanzó un proyecto de reforma y ampliación, que incluyó la construcción de una portería en la calle Alcalá. A lo largo de su historia, la Casa del Reloj albergó una Escuela de Jardinería entre 1986 y 1993, y más tarde, un Centro de Atención de Adicción (CAD) en la década de 1990. En julio de 2018, se inauguró el Espacio Abierto Quinta de los Molinos, un centro cultural y social.

Hoy en día, este parque opera como un espacio verde urbano de acceso público, recibiendo a visitantes todos los días de la semana, con horarios que van de 6:30 a 22:00 horas.