MADRID, 22 Sep.
Agentes de la Policía Nacional y Municipal pasaron la noche protegiendo el edificio okupado de 'La Quimera' de Lavapiés, en el que por orden judicial desocuparon ayer a 76 personas, y aún prosiguen al lado del inmueble para eludir que sea usurpado nuevamente.
De hecho, prosiguieron estas trabajos de custodia y supervisión múltiples días, hasta el momento en que la propiedad del mismo tapie las entradas del inmueble. Esta mañana, múltiples obreros ahora trabajaban en esas trabajos, pero no van a ser veloces, en tanto que tiene múltiples entradas. La intención de los dueños es venderlo a la mayor brevedad y de ahí que asimismo ha contratado seguridad privada.
La Policía detuvo ayer a 13 individuos, 9 acusados de un delito contra la salud pública por portar o vender sustancia y los otros 4 por infracción a la Ley de Extranjería. Además, los agentes han reconocido al resto de los desalojados, 63 personas, entre ellas tres mujeres y un niño.
A los damnificados por el desalojo, ordenado por el Juzgado número 15 de Madrid, los agentes señalaron las áreas de trabajo de servicios sociales de la región a la que tienen la posibilidad de pedir asistencia. De hecho, el Samur Social ha actuado con múltiples personas indigentes que vivían en ese rincón y no tienen en este momento dónde llevarlo a cabo. Pero la enorme mayoría ha rehusado la asistencia y ha dormido en las inmediaciones del sitio con la intención de regresar a 'La Quimera'.
El desalojo, que empezó a las 7 de la mañana de este miércoles, se hizo sin accidentes, pero se ha acordonó toda la región, a la que por varias horas solo tienen la posibilidad de ingresar vecinos y mercaderes.
Fue la Policía Municipal la que encontró al dueño y le persuadió para denunciar la situación. Y es que los últimos meses la inseguridad se ha aumentado en este vecindario, con lo que agentes locales y nacionales realizaron un considerable esfuerzo con personal fijo desde el mayo pasado (maximizado con 20 agentes mucho más desde este septiembre), en contacto con los colectivos vecinales, con patrullajes permanentes y refuerzo policial (asimismo popular en la situacion del Municipio).
Gran una parte de esa inseguridad procedía de ese centro okupado, ciertos de cuyos habitantes traficaban con múltiples géneros de drogas en todo el vecindario de Lavapiés y se generaban riñas, han correcto a Europa Press fuentes municipales.
Los agentes de la Policía Nacional y Municipal hicieron esta operación de forma conjunta. En la situacion de los policías locales intervinierons 80 agentes de las Unidades Integrales del Centro Norte y Centro Sur, Unidad Central de Seguridad y Unidad Canina. En la Nacional desplegaron 200 efectivos, entre agentes de Seguridad Ciudadana, Unidad de Intervención Policial (UIP), Unidad de Participación Ciudadana, Policía Científica, Judicial, Extranjería y de la comisaría del distrito Centro.
Según cuentan los vecinos, el edificio de 'La Quimera', ubicado en la plaza Nelson Mandela esquina con la calle Amparo, forma parte a unos hermanos, ahora muy mayores, que desearon venderlo en los años 80 para crear casas. Sin embargo, múltiples imprevisibles legales se lo impidieron y se desentendieron del inmueble.
Tras varios años sin actividad ni absolutamente nadie viviendo de este modo, asociaciones y colectivos sociales accedieron a él y hicieron el 'Centro popular reokupado y autogestionado (CSROA) La Quimera de Lavapiés', que funcionaba de manera asamblearia y donde efectuaban ocupaciones culturales, talleres de todo género, jam sesions, recitales, conversas antiracistas y anticapitalistas, comedores del Sindicato de Manteros y Lateros, fiestas interculturales, etcétera.
Pero con la pandemia sus individuos comunes se fueron y el edificio pasó a ser ocupado por indigentes y pequeños traficantes de drogas, perdiendo su función mucho más popular. En el último mensaje en comunidades del CSROA, escrito hace tres años, avisaban del cierre temporal del inmueble para llevar a cabo proyectos de acondicionamiento de electricidad y fontanería y rehabilitar espacios "para un mejor empleo" del centro.
Sin embargo, esas reformas no se realizaron y el edificio siguió sin luz y con deficientes condiciones higiénico-sanitarias, desprendido un fragancia nauseabundo. De hecho, en los vídeos policiales mandados a los medios se observan habitaciones repletas de jergones, bicicletas y otros bartulos.
Además, el trapicheo de drogas había incrementado sensiblemente desde hacía medio año, lo que producía riñas y inconvenientes permanentes. Ayer, merced a los perros especialistas, los agentes encontraron en 'La Quimera' restos de heroína y metanfetamina.
Todo esto se lo hicieron entender las asociaciones de vecinos de 'La Corrala' de Lavapiés y las de Vara del Rey-Rastro en la asamblea que sostuvieron con la encargada del Gobierno, Mercedes González, y el jefe superior de la Policía de Madrid, Manuel Soto, el 17 de marzo en la comisaría de la calle Luna. Entonces, los dos han tomado nota del tema y se comprometieron a arreglar este inconveniente, entre otros muchos que afectaban tanto a la seguridad ciudadana del vecindario, según reafirmaron a Europa Press fuentes de la Delegación.
De hecho, las demandas de vecinos y mercaderes eran permanentes en comisaría y en los Plenos de la Junta del Distrito Centro, donde demandaban "una presencia policial persistente en la plaza". Con el desalojo se terminaron con unos de las edificaciones mucho más enormes ocupados en el centro de Madrid, transformado en un auténtico "hotel de la sustancia", como lo llamaron ayer los mandos policiales.