Crónica Madrid.

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"Hombre que asesinó a su exmujer en Torrejón simula trastorno para eximirse de responsabilidad y apela a su condición de víctima"

El acusado declara que su expareja le maltrataba y que el cuchillo que compró minutos antes del crimen era para una barbacoa

En el juicio que se lleva a cabo en la Audiencia Provincial de Madrid, Julián P., acusado del asesinato de su exmujer en Torrejón de Ardoz, aseguró ser víctima de maltrato por parte de la fallecida. Además, simuló sufrir un trastorno de personalidad con el fin de reducir su grado de responsabilidad en los hechos que tuvieron lugar en marzo de 2021.

Mari Carmen fue asesinada mientras trabajaba en un bloque de pisos como encargada de la limpieza. Durante la sesión del juicio, se reveló que el acusado confesó a su psiquiatra que el cuchillo con el que cometió el crimen, el cual había comprado tan solo media hora antes, era supuestamente para utilizar en una barbacoa que tenía planeada para ese día.

El cuchillo de sierra, de grandes dimensiones, fue encontrado junto al cadáver por la Policía. También se descubrió un cúter, guantes y el recibo de compra de esos objetos.

En su declaración, Julián P. afirmó que su exmujer lo maltrataba y le hacía la vida imposible. Alegó que esa tarde fue a encontrarse con ella con la intención de discutir un problema relacionado con su hijo menor, quien había abandonado sus estudios, y no con intención de asesinarla.

Los informes periciales ratificaron que el acusado no presentaba ninguna alteración en su comportamiento que pudiera ser atribuida a una patología psicótica. Las forenses señalaron que la depresión no constituye una enfermedad psiquiátrica, especialmente en el caso del procesado, quien sufre de un trastorno depresivo leve.

Asimismo, se reveló que Julián P. padece de insomnio crónico y apneas nocturnas, lo cual genera ansiedad y dificultades de concentración. Fue por esta razón que acudió por primera vez al psiquiatra, y no por el divorcio con su esposa.

Una de las médicas forenses afirmó: "Daba la imagen de ay qué pobrecito, que mi mujer me maltrata. Incluso cuando se separa, dice que lo hace forzado porque la relación se rompe y él no va a permitir que María Carmen le deje. Se hace la víctima y esto es la violencia de género".

En la prueba pericial, un psiquiatra detalló que el acusado simuló y exageró respuestas para aparentar que sufría un trastorno depresivo, lo cual podría funcionar como una circunstancia atenuante o eximente.

Sin embargo, esta prueba pericial fue invalidada debido al alto grado de simulación detectado en la escala de sinceridad. "Daba una imagen más negativa de sí mismo", afirmó el psiquiatra.

Julián P. se enfrenta a una petición fiscal de veinticinco años de cárcel por un delito de asesinato. Su abogada plantea de forma subsidiaria una eximente incompleta y una atenuante por arrebato u obcecación.

Poco antes del asesinato, las cámaras de seguridad de un centro comercial cercano captaron el momento en que Julián dejaba su vehículo y salía con una bolsa de plástico. Después de cometer el crimen, regresó al estacionamiento y volvió a salir con su coche. Las cámaras también registraron cómo arrojó el teléfono móvil de la víctima a un contenedor de basura en ese centro comercial.

Las autoridades que acudieron a la escena del crimen encontraron un cuchillo de sierra roto, un cúter y una paleta de obra junto al cuerpo de la mujer. En la bolsa se encontró el recibo de compra de esos objetos.

Según los testimonios de los vecinos, se escuchó a Mari Carmen pedir ayuda mientras gritaba "socorro, socorro, qué me mata!". En ningún momento se mencionó que hubiera habido una discusión previa entre el acusado y la víctima. Para evitar que los vecinos intervinieran, el hombre bloqueó varias puertas con su cuerpo.